Termina la espera. Se rasga al fin la crisálida que envuelve aquel corazón de mariposa. Despega liviana como ceniza al viento y se camufla entre los colores de la primavera. Se entrega al aire como si nunca hubiese sido gusano, como si no existiera el invierno. Se va, porque ese es su sentido, volar alquimica poetica centellante en los telares del camino. Y al verla partir siento la herida que deja un vacío desconocido. En su lugar, la cicatriz enaltece este cuerpo que la recuerda inmensa maestra del olvido. Ahora la contemplo con otros ojos, puedo hilar más fino. Ahora soy capaz de percibir el sutil misterio que se devela en un solo aleteo del destino.
Gimena Iris
Mi nombre es Gimena Barboza
Me gusta pensarme como terapeuta multiapasionada ya que mi formación deriva de muchos campos diferentes que confluyen en lo que hoy soy, expreso y ofrezco en mis espacios de trabajo. Mi camino ha sido muy variado, siempre transitando entre lo expresivo corporal, lo creativo y lo terapéutico. Desde mi rol de docente amo el trabajo corporal expresivo en conexión con lo emocional y los planos más sutiles del ser.