Bailaba el vals con la mirada clavada en el recuerdo y el corazón desbordando alegría.
Con los ojos inundados repasaba uno a uno los momentos que le habían llevado hasta allí.
Mientras danzaba al compás apolíneo de la melodía fue perdiendo, paso a paso y casi sin notarlo, la noción del tiempo y el espacio.
Su mente flotaba hipnotizada, su cuerpo se desarmaba y un mar adentro se expandía.
Sintió por un eterno instante todos los tiempos a la vez, algo en él se disolvía.
Caía lentamente al piso, como una hoja cae del árbol e, intuyendo al destino acercarse, entendió que finalmente había llegado el día en que su corazón cedía ante la inmensa presencia de la belleza.
Allí mismo, y sin arrepentimientos, comprendió que la única certeza que siempre había tenido era que irremediablemente moriría de amor.
Gimena Iris
Mi nombre es Gimena Barboza
Me gusta pensarme como terapeuta multiapasionada ya que mi formación deriva de muchos campos diferentes que confluyen en lo que hoy soy, expreso y ofrezco en mis espacios de trabajo. Mi camino ha sido muy variado, siempre transitando entre lo expresivo corporal, lo creativo y lo terapéutico. Desde mi rol de docente amo el trabajo corporal expresivo en conexión con lo emocional y los planos más sutiles del ser.